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Septiembre ¡SOCORRO!

Septiembre ¡SOCORRO!

Tras volver de mis vacaciones el 31 de agosto, hice el firme propósito de comenzar este nuevo curso escolar con disciplina, meditando y dándome espacios. Venía motivada y tranquila, hasta que me di de narices con las exigencias del día a día, la falta de tiempo, y esa sensación de cansancio que había dejado atrás durante las semanas de playa, descanso y familia. El caos estaba aquí: uniformes, libros, inicios de clases, nuevos proyectos profesionales…… y yo, ¿dónde estaba?

Tras un primer momento de confusión me di cuenta de que el caos no estaba fuera, sino dentro de mí. Me había hecho un planning mental y no me estaba permitiendo fluir de verdad con mi día a día. Así que en vez de frustrarme por no poder meditar como en verano, decidí aplicarme lo que predico: pequeños momentos de conexión en mi agitado comienzo de curso.

Y sorprendentemente de esos pocos minutos al levantarme, de ese paseo disfrutado y presente con mi perrita por la mañana, del camino al cole con mi hijo en el coche o de esos momentos de preparar la cena y pensar en la comida que debo dejar preparada para el día siguiente, surgieron certezas, calma y descubrimientos. A veces nos perdemos a nosotros mismos en exigencias internas y resistencias al cambio de planes o maneras de hacer. La gran transformación interna no es una explosión de sabiduría y la desaparición de nuestras preocupaciones o problemas. Al contrario, desde el reconocimiento de lo que ya está aquí fuera y, sobre todo, dentro de nosotros, se une la resolución firme de realizar pequeños y concretos cambios en el día a día. Y estos cambios pequeños, que poco a poco van sumando, son lo que va haciendo que algo dentro de nosotros se restructure y nos facilita tener una forma distinta de mirar, de sentir y de vivir desde la presencia y la calma generando cambios en nuestro entorno.

Te animo a que en este otoño que ha comenzado te invites a hacer pequeñas paradas a observar tus emociones, cómo las sientes en tu cuerpo en este momento, explorando qué historias te cuentas y, aceptándolas sin intentar cambiarlas. Tan solo consiste en integrar y aceptar esa parte tuya más vulnerable. Lo que nos hace vulnerables también nos hace más humanos.

Esta última y caótica semana de septiembre, meditar en pequeñas dosis, caminar consciente y disfrutar de esos minutos para mí, me han dado un regalo que no encontraba entre mis resistencias y mis quejas. Estas prácticas me han permitido observar y sostenerlo todo, generando en mí un equilibrio interno que me ha ayudado a enfocarme en mi presente: no en lo que me falta, si no en lo ya conseguido.

Permítete gestionar tu abundancia y no establecerte en tu escasez. Enfócate en todos tus recursos, valora tus fortalezas y el camino recorrido, para poder dar el siguiente paso desde esta base. Si observas y aceptas tus emociones adictivas, tus inseguridades, miedos, resistencias al cambio, sensación de no merecimiento… poco a poco podrás darte cuenta desde la afirmación de la vibración del amar del «si merezco,” “si puedo”.

Cuando identificas un patrón de pensamiento basado en el miedo, una creencia que te limita, por muy pequeña que sea, tienes la capacidad de establecer un diálogo interno desde donde aprender de tus errores sin juzgarte o machacarte. Así evitarás repetirlos y podrás responder a cada situación y relación desde la consciencia y no desde la reactividad automática que disfrazamos del “yo soy así”.

Para este mes de octubre te invito a PARAR- OBSERVAR- RESPIRAR Y DARTE CUENTA de ese pensamiento y la emoción adictiva que lo acompaña, sintiéndola en el cuerpo en el momento presente y desde ese amor incondicional a lo más puro y auténtico de tu ser. Permitiéndote responder y romper esos automatismos que no te permiten cambiar nada. Sal de tu zona de confort y permítete hacer magia, desde los pequeños cambios, día a día, paso a paso, sin prisa, dándote espacio.

Gracias por permitirme compartir contigo esta reflexión surgida de este caótico, intenso y maravilloso mes de septiembre.

Conocer tu miedo

Conocer tu miedo

«La superación del miedo es el origen de la sabiduría»

Bertrand Russell.

Desde hace meses como individuos y como sociedad hemos tenido que afrontar que nuestra forma de vivir, lo que hasta ese momento no se ponía en duda, nuestras rutinas diarias, lo que conocíamos como “normal”, cambió drásticamente para pasar a ser una “nueva normalidad” llena de incertidumbre y donde no hay certezas. Esta situación nos lleva a vivir en el aquí y en el ahora, momento a momento. Es muy importante estar presentes en nuestras vidas para actuar sobre aquello en lo que SÍ tenemos capacidad de actuar y aceptar lo que NO podemos modificar.

Toda crisis es una oportunidad de crecimiento. Es verdad que para cada uno este confinamiento supuso algo diferente, distintas situaciones desde nuevas formas: trabajar desde casa, estar más tiempo en familia, gestionar el caos de los niños… a otras más difíciles como la soledad, convivencias complicadas, hospitalizaciones, enfermedad y la perdida de seres muy amados. En todos los casos el miedo ha estado presente.

El miedo es un mecanismo que desde las cavernas hasta hoy nos ha permitido sobrevivir evaluando situaciones y posibles peligros. Pero cuando este miedo deja de convertirse en precaución y nos paraliza, atenaza y guía nuestras decisiones, comienza a limitarnos ¿Qué hacer entonces?

La primera tendencia que yo he identificado con mi practica de mindfulness es que, al ser una emoción incómoda, tendemos a evitarla; no funciona porque cuando lo niegas, el miedo se hace más grande y presente. Limita y paraliza.

«El miedo es el guardián del sufrimiento» como indica Paloma Cabadas en su libro El trauma nuclear de la conciencia.

Cuando nos dejamos atrapar por el miedo, nuestros pensamientos entran en un bucle de pensamientos preocupantes que no nos deja encontrar estrategias y soluciones positivas y creativas, nos desanima y nos desmotiva, empleando cantidades enormes de energía ante la ansiedad, la ira, la tristeza y el estrés que esto nos genera. Bioquímicamente afecta a nuestro sistema inmune y a nuestra salud en general, ya que se genera en la mente, pero se manifiesta en el cuerpo.

 Desde la atención plena a nuestro estado interior en cada momento, reconoceremos ese miedo y la forma en que cada uno de nosotros lo siente en su cuerpo, qué reacciones automáticas pone en marcha, y de forma consciente activaremos nuevas estrategias y recursos internos. Te invito a explorar tres de ellas:

PRACTICA LA GRATITUD. Da las gracias todos los días por las personas o por pequeñas cosas del día a día, o quizá por la oportunidad de reinventarte cada mañana.

SE SINCERO Y HONESTO. Contigo y con lo que aparece en cada momento, te guste o no. Así podrás DARTE CUENTA de que las emociones son como el tiempo atmosférico, cambiantes a lo largo del día.

DEJA DE QUEJARTE. Toda la energía que utilizas para quejarte, empléala en actuar desde tu autoconfianza y valor interior. Desde tus mejores talentos. Desde el amor, ya que si eliminas el miedo a ser tu mismo lo único que queda es el amor y la confirmación de ser valorado y querido.

Si vivimos en el miedo nos limitamos a ser una versión no actualizada de nuestras mejores cualidades, perdiéndonos los momentos de alegría y disfrute que existen en muchas pequeñas cosas de nuestro día a día. Cada respiración, cada mirada, cada saludo, cada conversación, un gesto amable de un vecino, una pequeña ráfaga de aire fresco en un momento de calor… pequeñas cosas irrepetibles y únicas ¿No crees que vale la pena estar presente para vivirlas?

Así que sí que tenemos una elección, sea cual sea la situación que nos toque vivir: podemos vivirla desde al amor, la alegría y el disfrute de la vida o desde el miedo. Sintonizar con el amor es hacerlo con una fuerza interior que te impulsa; eso no quiere decir que no estemos tristes, cansados, irritables, preocupados por la salud o por nuestra situación laboral o económica. Desde el amor nuestra actitud será positiva, creativa y nos dará la oportunidad de maximizar nuestros recursos internos e implementar nuevas soluciones.

Haz de tu miedo tu aliado, aceptando que está aquí, mirándolo a los ojos y atreviéndote a andar ese camino, disfrutándolo conscientemente, desde la seguridad de que los cambios suceden constantemente en la vida. Creo que el valiente no es el que no tienen miedo, si no el que reconoce ese miedo y aun así toma su camino desde una elección consciente de los retos, dificultades y oportunidades que hay en él.

«Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor» Samuel Beckett.

«Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más, para temer menos» Marie Curie.

«Lo que de verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud frente a la vida. Debemos aprender por nosotros mismos, y también enseñar a los hombres desesperados que en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de nosotros. Que dejemos de interrogarnos sobre el sentido de la vida y en cambio, pensemos en lo que la existencia nos reclama continúa e intensamente» Viktor Frankl.

 

 

Liderazgo consciente, un liderazgo más humano e innovador.

Liderazgo consciente, un liderazgo más humano e innovador.

El líder es aquel que inspira, el que es capaz de descubrir nuevos senderos y de guiar a su grupo para lograr llegar al objetivo deseado. Desde el principio de los tiempos ha habido líderes que guiaban e inspiraban al grupo para buscar nuevos territorios, para encontrar la caza y descubrir nuevos caminos, nuevas rutas… por eso me gusta la definición de líder como el descubridor del sendero

Con el tiempo las sociedades se fueron construyendo sobre los líderes impuestos, ya no eran los elegidos por el grupo y el liderazgo se comenzó a construir desde el poder, la herencia o la imposición. Actualmente este concepto de «jefe» que tiene subordinados ya no sirve, los equipos demandan lo que se comienza a conocer como liderazgo consciente: un líder que inspira e impulsa desde la presencia y el autoconocimiento (Mindfulness), desde el ejemplo y la Generosidad, con humildad y escucha atenta, desarrollando una comunicación fluida y ayudando a los equipos que lidera a dar lo mejor de sí mismos. 

 Da espacio a sus colaboradores para crecer y lo hace con Compasión, entendida esta como la intención de contribuir a la felicidad, al disfrute, a la pasión en los proyectos y en el desarrollo del trabajo bien hecho, a valorar diferentes puntos de vista y a utilizar ese conocimiento para facilitar las medidas de apoyo necesarias, y así desarrollar juntos, en equipo, los mejores talentos de todos y su materialización en la práctica, en el día a día. En la Naturaleza encontramos innumerables ejemplos, en una manada de lobos los alfa (líderes natos por reunir las condiciones para ello: integridad, fortaleza, inteligencia, valor, bondad y arrojo) dirigen una estructura perfectamente organizada y acorde a las cualidades de todos los integrantes, desarrollándolas y aplicándolas cuando cada circunstancia lo requiere. 

 

Así que si definimos el liderazgo como la capacidad de inspirar…

Todos y cada uno de nosotros tenemos esa capacidad para influir en positivo o en negativo… ¿es suficiente? ¿Querer liderar nos convierte en líderes? ¿Qué marca la diferencia? El liderazgo consciente implica autoconocimiento, honestidad, valor, humildad y compasión, y podemos entrenarlo y desarrollarlo a través de la práctica del Mindfulness. Podemos ser más conscientes de nosotros mismos, re-percibirnos y estar más presentes en lo que hacemos cuando lo hacemos; así influiremos a mejor, inspiraremos a los que nos rodean, les impulsaremos a ser la mejor versión de sí mismos. Por tanto, el liderazgo consciente no es solo para directivos, para educadores… es aplicable a todas las áreas de nuestra vida.  El liderazgo consciente es para todos. 

Cada vez más empresas, organizaciones y entidades educativas aplican e investigan esta nueva forma de liderar. Hay estudios que demuestran la eficacia de la práctica del Mindfulness como base para este nuevo liderazgo más humano y eficiente dentro de empresas y de organizaciones. Como ejemplo, en la Singapur Management University, el profesor Jochen Reb dirige el Mindfulness Initiative, que investiga la atención plena en organizaciones con un enfoque especial en el liderazgo consciente. En estos estudios ha encontrado mejoras significativas en la atención y en el enfoque, en la conciencia, la memoria, el rendimiento y la satisfacción laboral general. 

Existen evidencias de los beneficios de practicar Mindfulness en las organizaciones, ya que aumenta la creatividad, la innovación y mejora las relaciones jefe-empleado, fomenta un menor absentismo, y una mejor y más eficaz toma de decisiones. Pero lo que más destacan estos estudios es que el Mindfulness o el entrenamiento de la atención plena nos ayuda realmente a re-percibirnos a nosotros mismos y a nuestra realidad, aprender a relacionarnos con nuestros pensamientos sin identificarnos con ellos, mantener una atención intencionada, es decir, entrenarnos a y para estar presentes en lo que estamos haciendo en este momento. Muchos estudios neurocientíficos, como los del profesor Richard Davidson de la University of Wisconsin-Madison, hablan de los cambios estructurales que se producen en el cerebro mejorando la Resiliencia emocional, cómo influye en la fisiología de nuestro cuerpo al aumentar y reforzar nuestro sistema inmune, así como los efectos nocivos del estrés.

El mindfulness es uno de los pilares sobre los que se construye el nuevo liderazgo consciente

Entendido desde la definición de Jon Kabat Zinn: «Prestar atención de una manera particular y deliberada a lo que está sucediendo en el momento presente, con una actitud de no juicio».

Por lo tanto, podemos definir al líder consciente como aquella persona que encarna o personifica en sí misma las cualidades básicas de este nuevo liderazgo basado en la práctica del Mindfulness, que se desarrolla desde sus mejores valores y cualidades, y se construye en tres niveles: 

  1. Conocerse a sí mismo para liderarse y después proyectarse al exterior. 
  2. Conocer su equipo para ayudarle a desarrollar su potencial; ser inspiración y guía.
  3. Conocer bien su organización para alinearse de forma humana y consciente. 

«Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio, en ese espacio reside nuestra libertad y nuestro poder para elegir nuestra respuesta, y en nuestra respuesta reside nuestro crecimiento y nuestra libertad.» VIKTOR FRANKL.

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