Tanto Maricruz Lavín como Eduardo Jáuregui, son personas cercanas, agradables, con un trato dulce, amigable. Para mí, ha sido muy reconfortante haberlos tenido como guías en las sesiones de meditación sentada. He aprendido a ejercitar el músculo de la atención plena, a estar presente en el aquí y el ahora, sin controlar mis pensamientos, dejando que pasen sin más. También a quererme mucho, buscando un tiempo para trabajar la atención plena, reforzando mi autodisciplina y compromiso para perseverar en mi práctica de la meditación. Les estoy muy agradecida por la generosidad que han tenido de acercarnos a la práctica de Mindfulness, de una manera cercana y con tanto Amor y paciencia.